Dame un poquito de lo tuyo, de lo mío, de lo que mañana ya no
será nuestro. Porque las sumas se derriten en nuestros brazos. Abrázame el
corazón, una vez más, sin miedo a los despropósitos, a las promesas que más
tarde no cumpliremos; porque el corazón nació para latir en el presente.
Además, ¿qué es el futuro para el corazón? Sólo una vaga ilusión. Por eso,
ahora que todavía nuestro amor es libre, dime otra vez más que me deseas. El
tiempo ya se encargará de construir nuestras guerras y nuestras fortalezas, de
construir nuestras mentiras. Pero, mientras tanto, hazme el amor y susúrrame al
oído dos palabras: TE QUIERO
(Raül Córdoba, escritor español)
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