AMANTE ES: “lo que nos apasiona”. Lo que ocupa nuestros
pensamientos antes de quedarnos dormidos y a veces no nos deja dormir. Lo que
nos ayuda a esperar el mañana o el tiempo necesario para el reencuentro con el
amado. Lo que nos vuelve distraídos frente al
entorno. Lo que nos deja saber nuestra secreta intimidad, que así la vida tiene
motivación y un sentido, pese a ciertos disgustos que lo amado suele
provocarnos. A veces lo encontramos en nuestra pareja, en otros casos, en
alguien que no es nuestra pareja. Pero también solemos hallarlo en la
investigación científica, o la literatura, la música, la política, el deporte,
el trabajo cuando es vocacional, la necesidad de trascender espiritualmente, la
solidaridad para el prójimo, el hábito de viajar, el teatro, la pintura, la
amistad, la buena mesa, el estudio, o el obsesivo placer de coleccionar
estampillas.
En fin, es alguien o algo que nos pone de novios con la vida y nos aparta del triste destino de “durar”.
¿Y qué es durar?. Durar es tener miedo a VIVIR. Es dedicarse a espiar cómo viven los demás, es tomarse la presión, deambular por consultorios médicos, ingerir remedios multicolores, sumar privaciones, alejarse de las gratificaciones, observar con preocupación cada arruga que nos devuelve el espejo, cuidarnos del frío, del calor, de la humedad, del sol y de la lluvia, postergar la posibilidad de disfrutar hoy, esgrimiendo el incierto y frágil razonamiento de que quizás podamos hacerlo mañana.
(Jorge Bucay)
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