Querida, escucha ese mensaje
que te dejo nuevamente en tu teléfono: ayer anoche cuando te llamé mientras
dormías, te mentí cuando te dije que yo también dormía pensando en ti. La
verdad es que pensando en ti no puedo dormir. El recuerdo de tus besos, de tus
mordiscos, de tus cosquillas, de tus masajes,…me impiden dormirme
tranquilamente. No sé qué me pasa exactamente, pero sólo sé que la razón de ese
insomnio es que me gustas tremendamente, te quiero, y me es imposible dejar de
pensar en ti. Por lo que me he planteado comprarte un anillo de pedida,
regalártelo, y de paso, y poniéndome de rodillas, pedirte si te quieres casar
conmigo. ¿Qué te parece la idea?.
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