"Existen tres perros desagradables y muy comunes a los cuales nos enfrentamos en la vida: la ingratitud, la envidia y la soberbia; cuando muerden...dejan una herida profunda y visible ". Un cuarto perro sería la antítesis de los tres anteriores, y ya no ladraría por pecado,..solo por amor. Ese último perro maravilloso, casi no existe, y es raro encontrarlo por la vida. Afortunado es quien se topa con uno así por la vida.
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