"... todos
nacemos con una caja de cerillas en nuestro interior, no las podemos encender
solos, necesitamos, como en el experimento, oxígeno y la ayuda de una vela.
Sólo que en este caso el oxígeno tiene que provenir, por ejemplo, de la
respiración de la otra persona; la vela puede ser cualquier tipo de música,
caricia, palabra o sonido que haga disparar el detonador y así encender una de
las cerillas. Por un momento
nos sentiremos deslumbrados por una intensa luz. Se producirá en nuestro
interior un agradable calor que irá desapareciendo poco a poco conforme pase el
tiempo, hasta que venga una nueva explosión a reavivarlo. Cada persona tiene
que descubrir cuáles son sus detonadores para poder vivir, pues la combustión
que se produce al encenderse uno de ellos es lo que nutre de energía el
alma..."
( Laura Esquivel, escritora mexicana, en su obra “Como agua para chocolate” )
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