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domingo, 23 de septiembre de 2012

UN RODEO POR MADRID


Ambos se conocieron en Los Madriles, juntos salieron a dar vueltas con el coche por Madrit, y después de un intenso ligue de fin de semana con buena voluntad por parte de ambos, y habiendo pasado los dos unas locas y desahogadas noches llenas de sexo y de pasión, en el pequeño apartamento de ella, y consumado todo parecía que la historia se iba a dar por acabada ya que él ya empezaba a mostrarse apagado, desganado y desinteresado, cuando de repente ella empezó a decirle con cierta tranquilidad: “Siendo mujer en ésta época, estoy en una posición de pedirle a un hombre lo que yo sola no puedo hacer por mí. Yo pago todas mis facturas. Yo me encargo de mi casa sin la ayuda de un hombre. Yo estoy en la posición de preguntar a un hombre, ¿qué es lo que tu puedes aportar en mi vida?” Empezaba a amanecer, y mientras se vestía, el hombre se quedó mirándola. Él pensó, que obviamente ella se estaba refiriendo al dinero. Siguiendo la breve conversación, el hombre le pregunta a la mujer: -“¿Qué tipo de hombre estás buscando?”. Ella se quedó un momento callada antes de mirarlo a los ojos, y le preguntó: “¿En verdad quieres saberlo?”.Él le respondió: -“Sí” Ella, adivinando lo que él estaba pensando, rápidamente dijo: “No me estoy refiriendo al dinero. Yo necesito algo más importante que eso. Yo necesito un hombre que luche por mejorarse a sí mismo en todos los aspectos de la vida.”. Él terminó de ponerse los pantalones y el jersey, y antes de empezar a ponerse los zapatos, se recostó en el sofá y mirándola, le pidió que se explicara. Ella dijo: “Yo busco a alguien que luche por superarse, porque necesito con quien conversar y que me estimule mentalmente. Yo no quiero a mi lado a alguien mentalmente simple, que no siempre esté pendiente del fútbol o de la política. Estoy buscando a alguien que luche por la perfección espiritual, porque necesito a alguien con quien compartir mis conocimientos y enriquecerme con los suyos, sea sorprendiéndome o aprendiendo de él algo nuevo todos los días. No necesito a un hombre de esos aburridos que se pasan buena parte del día luchando por la ambición financiera, porque yo no necesito dinero de nadie, ni estoy buscando riquezas, ya que tengo mi propio dinero, mi propio empleo, y con ello mi propia independencia.. Busco más bien a alguien que se esfuerce y trabaje hombro a hombro conmigo para sostener lo que habría que ser nuestro hogar y pensando en los futuros hijos, y que no sea una carga más en espera de ser mantenido y cuidado como esos tantos que hay... Yo necesito a alguien lo suficientemente sensible para que comprenda las dificultades por las que paso en la vida como mujer, y que sea lo suficientemente fuerte para darme ánimos y no dejarme caer. Que sepa estar a mi lado cuando más lo necesito, y sin pedírselo. Quiero a alguien a quien admirar y que me admire por mi misma, porque sé que lo valgo y todo cuanto tengo y soy ha sido por mi misma, sin que la vida me regale nada. Un hombre que me ame, pero que ese amor sepa demostrármelo cada día en las miles de oportunidades que le puede ofrecer la vida para mostrarlo. Estoy buscando a alguien a quien pueda respetar, porque para poder ser entregada con él, yo debo respetarlo y sentir que lo quiero. No puedo ser entregada con un patán porque esto me incómoda y me asquea. Para poder apoyar a ese hombre, debo sentir que lo respeto y que me respeta por lo que soy y valgo. No tengo ningún problema en ser entregada, decirle que sí a todo, y satisfacer sus deseos cualesquiera que sean, simplemente él tiene que merecérselo. Busco a alguien en quien pueda confiar, que me sea siempre sincero en lo bueno y en lo malo, que me respete como su pareja y mejor amiga, y que no juegue con mis sentimientos si de verdad no me ama. No quiero a un hombre infiel, con un alma tan pobre que me irrespete y se irrespete a sí mismo entregándose a cualquier mujer solo para aprovechar un momento de placer banal y animal. Creo que tanto el hombre y como la mujer están en iguales condiciones para apoyarse mutuamente. Yo no puedo ayudar a un hombre inútil, que no puede ayudarse a si mismo, y me es muy complicado seguir dando si al mismo tiempo no recibo mínimamente lo justo de lo que espero. Busco a un hombre sensible y con buenos sentimientos, porque el conocerá mis sentimientos con sólo mirarme a los ojos, y sólo con esto sabrá lo que necesito y espero de él. Busco ternura, y busco cariño. He llegado a un punto en el que de tonterías sólo tolero las justas, en el que sé lo que quiero y lo que no quiero, y en el que tengo claras las expectativas de lo que estoy esperando, aunque sé que es difícil…” Cuando ella terminó, lo miró a los ojos... El se veía muy confundido y con interrogantes...Entonces él le dijo: “¿No crees que estás pidiendo mucho?...” Ella contestó:-“Bueno, qué te puedo decir.... Es que yo valgo mucho.” Él la besó, se despidió de ella, salió, y cuando andaba pensativo por la calle se estuvo preguntando si realmente se había topado con un tesoro de mujer.

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