"...Un día
me incorporé en la cama y sonreí. Ya no sentía dolor. Y de golpe comprendí que
la persona justa no existe. Ni en el cielo ni en la tierra, ni en ningún otro
lugar. Simplemente hay personas, y en cada una hay una pizca de la persona
justa, pero ninguna tiene todo lo que esperamos y deseamos. Ninguna reúne todos
los requisitos, no existe esa figura única, particular, maravillosa e insustituible que nos hará felices. Sólo hay personas. Y en cada una
hay siempre un poco de todo, es a la vez escoria y un rayo de luz ... sin duda
es cierto que no existe la persona justa y que las ilusiones se desvanecen,
pero yo lo amo y eso es distinto. Cuando uno ama a alguien siempre se le
sobresalta el corazón al verlo o al oír algo sobre él. En resumen, creo que
todo pasa, menos el amor. Aunque eso no tiene ningún sentido práctico".
(Sándor Márai,
escritor húngaro, en "La mujer justa")
No hay comentarios:
Publicar un comentario