Hay dos clases de matrimonios. Una es la de la pareja cómoda y estable, en la que dos personas comparten esperanzas y miedos, educan a los hijos como un equipo y se ofrecen consuelo y ayuda. . La otra es la de la pasión salvaje, la locura, la alegría y el sexo, quizá con alguien completamente inadecuado, quizá con alguien a quien no admiras y que ni siquiera te gusta. Y este es el consejo que te doy: si tienes la oportunidad de experimentar ese amor loco y desenfrenado, aférrate a él con fuerza y al diablo con las consecuencias.
( Ken Follet en “El invierno del mundo”).