Cuando tus
pensamientos ya no giran solo en torno tuyo, tus planes se ensanchan para que
entren otros, tu escala de valores pone a esos otros bien arriba. Cuando por la
noche te desvelas pensando en cómo están y te dan ganas de levantarte e ir
corriendo por si te necesitan y aunque no lo hagan, simplemente necesitas
estar. Cuando por la mañana te levantas y los piensas. Cuando quieres regalar
abrazos apretados y que sepan todo lo que los aprecias. Cuando tienes la loca
necesidad de querer cuidarlos, sin pedir nada a cambio, solamente
por el placer de dar. Cuando lo que sientes trasciende los celos, enojos,
broncas, berrinches, aceptar los errores y alegrar los buenos momentos. Cuando
dejas espacio en tu corazón para que entre alguien más y te acomodas en el suyo
en algún lugar, estas amando, amando de verdad…
“Amar es la
confianza plena de que pase lo que pase vas a estar, no porque me debas nada,
no con posesión egoísta, sino estar, en silenciosa compañía. Amar es saber que
no te cambia el tiempo, ni las tempestades, ni mis inviernos…”
(Saint-Exupery)